La calidad de una buena comida se registra en los sabores que bañan el paladar. Seguramente sepas que cocinar con aceite de oliva virgen extra es la opción más saludable de preparar tus recetas; sin embargo, ¿sabías que el AOVE en la comida también potencia los sabores de los platos y los eleva de categoría gastronómica?
Freír con aceite de oliva virgen extra, por ejemplo, crea las frituras perfectas. La consistencia del aceite de oliva y su alta estabilidad son esenciales para que el resultado sea una corteza crujiente y sin un sabor excesivo a aceite, ya que no se absorbe con facilidad. El producto final es una fritura espectacular. En esto difiere enormemente con el aceite de girasol; este hace que el sabor de las frituras sea siempre el mismo debido a un exceso de absorción del aceite en los alimentos.
Otro punto clave del AOVE en la comida es el excelente maridaje entre distintas variedades de aceites con algunos alimentos específicos. El aroma de un aceite de oliva, lejos de invadir el sabor de los alimentos, potencia y complementa su sabor. Este es el secreto de todas nuestras recetas, el buen maridaje del aceite con platos específicos. Cocinar con mantequilla o con otros aceites no crea este juego que potencia los sabores; al contrario, hacen que las recetas se vuelvan bastante homogéneas en cuanto a su sabor.
Si al excelente sabor se le suman todos los beneficios que consigue el aceite de oliva virgen extra, no hay lugar a dudas. Por eso a este alimento se le llama oro líquido, porque el AOVE en la cocina es todo un tesoro por descubrir.